La semana pasada viajamos en familia a Formentera. Teníamos por delante 4 días de sol, playa, familia y deporte.
El objetivo, establecida desde hacía dos años, era participar, por tercera vez, en la Media Maratón. Ganas… habían muchas, y sobretodo, por lo que significaba: primera media después de la pandemia y después de ser mamá por segunda vez.
Empezó bien y acabó mejor… pero el medio tuvo momentos de todo: de bajón, de euforia, de pensamientos negativos, de querer plegar, de querer llegar…

La carrera tiene lugar a las 17:30 de un sábado de mediados de Mayo, teniendo la línea de salida en el Far de la Mola, donde llegas en autobús de la organización (que te va recogiendo por diferentes lugares de la isla).
La llegada es el Port de la Savina, donde está situada la alfombra azul y el arco de Meta.
A continuación, os adjunto un post de instagram que hice de las sensaciones vívidas durante (ojo, hablo de durante, no de después):
😵💫SABÉIS QUÉ ES EL MURO 🧱 EN MEDIA MARATÓN?
Yo tampoco lo sabía, hasta el sábado. Había oído hablar del de maratón, aunque nunca lo había experimentado… y del de media, NUNCA. De hecho, es mi distancia favorita… pero esta semana, fuera por la calor, por el sobreesfuerzo, por el aumento de activación… lo encontré y me di de bruces con él, en el km 18 (momento de la foto).
La @maratoformentera es una carrera chula, a mí me gusta, aunque es cansada. Sale del Far de La Mola y sigue con unos 3km rectos, donde continúan 3 km de bajada a full! Ahí vas fresco. Luego, una recta a pleno sol… un falso llano desde Caló de Sant Agustí hasta San Ferran. Ya estás en el km 13… pero las piernas ya las llevas con flojera. Y a pesar de que ahora hay alguna sombra más, el calor ya ha hecho mella.
Quedan 8 km y llevo buen ritmo, mejor del que pensaba llevar, pero la mente empieza a jugar malas pasadas: voy descontando metros: 7,700… 7,500… no vuelvas a mirar el reloj hasta la siguiente canción. Llegamos a Es Pujols y yo siempre grito al ver gente: me animo y animo al público, les pido que aplaudan. Las salinas, Ses Illetes y a lo lejos… La Sabina. Había visualizado este trozo miles de veces en los entrenamientos… y ahora se hacía muy pesado. Las piernas parecían que pisaran barro y costaba levantarlas. Debía ser la sensación, porqué al final, iban saliendo los km. Pero si esto era el muro, lo sentí del todo. La cabeza y las piernas iban cada una por su lado! Último giro a la derecha, último giro a la izquierda y quiero esprintar, como siempre hago al acabar una carrera (ahora ya está todo hecho!). Busco en el público, ellos tienen que estar, y los veo: Jordi pasando a Eloi por la valla para que entre conmigo, y eso es lo que me da fuerzas!!! Nos damos la mano y recorremos juntos los últimos metros! Paro el reloj y nos abrazamos.
Este es un ejemplo de como la pájara puede ser física (deshidratación, cansancio, pulsaciones…), pero también mental (para, que agobio, no puedo más…).
Las mejores sensaciones? No! Disfrutarla? A ratos!
Feliz? A TOPE! Porqué al final, todo muro, se puede romper!

Y FIN! Y FELIZ! Y HECHA POLVO! PERO FELIZ!
Volvemos a casa con un 6o puesto de la general y un 1r de mi categoría, parando el crono en 1:31:20 y de la mano de uno de mis fans número 1!
Calor como nunca, mucho nivel, las piernas parecían que no seguían (y a veces la mente tampoco), pero es lo que tiene La @maratoformentera y correr por el paraíso, que parar no está permitido!
Ya con la cabeza en la edición 2023!
