Los que me conocéis un poco a mí y a mi familia, sabréis que nuestro talón de Aquiles con Eloi es el dormir. Es un niño que en dos años que tiene ha hecho una única noche entera… Cierto es que ahora duerme mucho mejor. Lejos quedan aquellas noches en que se despertaba diez veces (bueno, lejos, lejos, no tanto), pero con que duerma como ahora ya me doy con un canto en los dientes.
Estos despertares han hecho que estos dos años hayamos tenido días de todo: días que los aguantas mejor, días que vas como un zombie y días en los que buscarías un rincón en algún lugar del trabajo para echar una cabezadita. Y más teniendo en cuenta que a pesar de dormir poco, no hemos dejado de entrenar ni de trabajar, ni de hacer casi nada de lo que hacíamos antes. Salvo de dormir!
Yo siempre soy partidaria de que tengo y quiero tener tiempo para todo. Y de hecho, durante estos dos años, para poder entrenar, me levantaba a las 5am para estar en casa antes que Jordi tuviera que irse a trabajar. Pero también he llegado a una conclusión clara: hay que saber parar, respirar y descansar (en la medida que se pueda).
Y quiero hablar del descanso, pero no sólamente en cuanto al deporte se refiere, sino al descanso en la vida en general, porque damos poca importancia al hecho de descansar lo suficiente y olvidamos que es esencial para la salud y el bienestar.
BENEFICIOS DEL BUEN DESCANSO:
Cuando descansamos, nuestro cuerpo se recupera y restaura, mediante diferentes fases que tienen lugar durante el ciclo de descanso.Durante estas fases, los tejidos del cuerpo crecen y se reparan, la hormona del crecimiento (responsable del crecimiento y del desarrollo del cuerpo) se segrega, y la energia del cuerpo se restaura.
Es como cuando ponemos a cargar un dispositivo electrónico…, pues nuestro cuerpo funciona igual, necesita cargarse para volver a funcionar en su totalidad, y no ir tan lento.
Mejora la memoria, la concentración, la atención, la capacidad ejecutiva, la resolución de problemas, estaremos más hábiles mentalmente…
El sistema inmunológico se fortalece.
Mejora tu sentido del humor y tu estado emocional (la frase de “mañana lo verás mejor” viene de algún sitio). Cuando estamos cansados, acostumbramos a ver todo de manera más negativa, no somos capaces de ver todos los puntos de vista… Si estamos descansados, podemos tener más paciencia y estar menos irritables, afectando esto a nuestras relaciones y nuestro estado general.
A nivel deportivo, es esencial descansar para poder integrar los entrenamientos. De nada sirve hacerte un gran entreno, si después no le das al cuerpo el tiempo suficiente para integrarlo. Por eso no es bueno ni los sobreentrenamientos, ni los recuperadores… No estoy en contra de los recuperadores, siempre y cuando se usen bien, para lo que son, para ayudar a recuperar al cuerpo “ingredientes” que ha perdido, pero no para mañana hacer otro entrenamiento “heavy metal”. El cuerpo debe recuperarse de manera natural y es descansando (que no quiero decir parando). Podemos hacer un descanso activo. Por ejemplo, si corremos, está muy bien poder complementar los días de no entrenar con la natación, con caminar, o con las sesiones de fuerza.
Para una vida plena, salud y física!
